jueves, 5 de noviembre de 2009

Síntesis Biográfica CARLOS CÁRDENAS

                                         
    Carlos Cárdenas, ANIMA, oleo/tela, 141 x 100 cm., 2009


Carlos Cárdenas Reyes
Artista Mexicano radicado en Durango, Dgo. México.
Nace en Monterrey NL. el 15 de febrero de 1969, Licenciado en Diseño Industrial por la Universidad Autónoma de Guadalajara.
En 1980 realiza estudios de pintura con la maestra Concepción Badillo en la ciudad de México. En 1997 realiza cursos de capacitación en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM y en 1998 y 1999 en la Academia de Bellas Artes de Roma Italia.
Ha participado nacional e internacionalmente en más de 50 exposiciones colectivas y 9 individuales.
Entre las cuales destacan:
- Premio Nacional Francisco Montoya de la Cruz. Durango, Dgo 1986
- Bienal Regional de la Plástica Joven 2004, Monterrey N.L.
- Bienal Nacional de Pintura de Gómez Palacio, Gómez Palacio, Dgo. 2008
- Bienal internacional de Arte Contemporáneo de Florencia, Italia 2003
- Bienal Internacional de Arte Contemporáneo en Arad, Rumania. 2005
- Bienal Internacional de Arte Contemporáneo Chapingo, Texcoco, 2008

Ha recibido varios premios y distinciones entre las que destacan:
- Mención Honorífica en el Premio Nacional de Pintura Francisco Montoya de la Cruz, Durango, Dgo (1986)
- Premio “Emprendedor 2003” Durango, Dgo.
- Medalla “Lorenzo el Magnífico” en la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Florencia, Italia (2003).
- Ganador del Festival Bella Via (2004) Monterrey N.L.
- Becario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Durango en tres ocasiones: (2003, 2006, 2009).

Ha sido conferencista sobre diversos temas relacionados con el arte tanto en instituciones públicas como privadas.





   Carlos Cárdenas, ANIMUS, oleo/tela, 200 x 200 cm., 2009



METÁFORAS PLÁSTICAS por Guillermo Ceniceros





Carlos Cárdenas, PSIQUE I, oleo sobre tela, 90 x 90 cm., 2008

Forma plástica del lenguaje pictórico, que ocupa el centro de una espiral, en la cual giran la imaginación, seguida por la intuición y el pensamiento.
Existen dos realidades, la realidad palpable, fija, reveladora; y otra, la imaginable, metafórica. En pintura existe un campo muy grande, donde transitan lenguajes que van desde el esquematismo poético de Klee, pasando por el misterioso lenguaje de Rousseau, hasta el furioso refinamiento de Bacon. Esto nos indica que hoy por hoy, el lenguaje sigue siendo figurativo, es decir, la figuración ayudada por el símbolo y la metáfora plástica.
La pintura de Carlos Cárdenas transita en el coche de la imaginación donde va contento el talento, guiado por la intuición.

10 de agosto, 2007
Guillermo Ceniceros



                                        
    Carlos Cárdenas, PSIQUE II, oleo sobre tela, 90 x 90 cm., 2009



FRIDA EMPERRADA





Carlos Cárdenas, FRIDA EMPERRADA, oleo sobre tela, 100 x 80 cm., 2007





Carlos Cárdenas, HUEVILLA, oleo sobre tela, 100 x 80 cm., 2008







ICONOSTÁSIS






     Carlos Cárdenas, MEMENTO MORI (VANITAS), oleo sobre tela, 144 x 180 cm., 2009




Carlos Cárdenas, PASARELA (VANITAS), oleo sobre tela, 98,3 x 190 cm., 2009






Lo más fascinante de vivir en estos tiempos no es maravillarse con los impresionantes adelantos tecnológicos sino contemplar desde lejos la historia y encontrarle un sentido al monumental proceso de la creación humana.
Siempre me ha apasionado el origen de las cosas y el significado oculto detrás de ellas, será seguramente por eso que he sentido desde siempre un especial interés en la filosofía, la religión y la mitología de tal forma que apropiándome del argumento: “no se puede saber a donde vas, sino sabes de donde vienes”, pretendo explorar, no en el pasado, como se suele afirmar, sino en lo perenne el enigmático trasfondo que esconden las imágenes a través de la revisión de la tradición pictórica, pues afirmo convencido que la técnica y el concepto están íntimamente ligados.
Es precisamente aquí donde nace “Iconostásis” (El mito contemporáneo) para definir el proyecto artístico que estoy desarrollando dándole continuidad a otro realizado anteriormente: “El Cuerpo” (La transfiguración de un lenguaje vivo) (2002-2003).
La Iconostásis (Gr. eikonostasion, eidonostasis de eikon: imágen, cuadro, e histemi: lugar) es una característica típica de los templos griegos, católicos y ortodoxos y hace referencia a una mampara o cancel que divide al santuario del resto del templo en donde se colocan las imágenes sagradas en orden programático y su función es separar el altar y sagrario del resto de los fieles.
El simbolismo implícito en esta distribución dentro de un templo me ha llevado a relacionarlo con el papel metafísico que juega el arte pictórico como velo de la realidad, donde solo es posible intuir a la forma trascendente a través de la forma imperfecta.
La imágen (ícono) deja de ser una simple representación y se eleva así a la categoría de instrumento revelador, umbral de la percepción, y antesala de la realidad más profunda que desde tiempos ancestrales ocupa las preocupaciones más íntimas del hombre.
Es inevitable que al observar la creación, sea el ser humano con todo lo que él implica, el aspecto que más interrogantes despierta, sobre todo por la influencia tan decisiva que ejerce su actividad en el mundo, desde su participación en el desarrollo de la civilización como en el deterioro de la misma, no se diga de la naturaleza. No existe asunto alguno en el universo conocido en el que el ser humano no haya al menos intervenido un poco, ya sea de forma directa o indirecta.
En una especie de antropología artística, el hombre contemplado como criatura de extraordinaria belleza, el hombre como fenómeno y como ser trascendente es el núcleo de mis preocupaciones artísticas.
Y es precisamente en ese análisis del peregrinar humano donde encuentro los elementos perennes que le dan sustento a mis conceptos estéticos, tal es el caso de Iconostásis.
Con este enfoque, resulta interesante como en pleno siglo XXI la herencia de estos patrones de permanencia son desenterrados una y otra vez para disfrazarlos con fines consumistas, ocurriendo así “la usurpación del ícono”.


La repetición de este fenómeno cultural no hace otra cosa que delatar la necesidad que el hombre tiene de esta “continuidad” y nos sugiere la revisión de aquello que se creía superado.
El arte cinematográfico con todo y sus grandes avances técnicos sigue explotando la lucha mítica entre el bien y el mal, contenido mitológico heredado de antiguas culturas que encuentran mercado en un mundo más que decepcionado de “los falsos profetas de nuestros tiempos” y que reclama la aparición de seres excepcionales que triunfen sobre el caos y la destrucción. De todo esto han bebido los creadores de mitos contemporáneos, desde los comics hasta los mass media y su star sistem, donde las masas se han hartado a más no poder de esta “medicina mediática” sin cuestionar la deformación de los contenidos.
Toda esta actividad cíclica arroja información valiosa respecto a como somos y qué esperamos que suceda, lo cual no ha cambiado mucho desde que el hombre es hombre, por mucho que se diga lo contrario. Tratando de comprender por qué ciertas formas de representación siguen resultando atractivas y cuestionando los valores de lo contemporáneo pretendo colocar mi esfuerzo en el terreno de lo “hermenéutico” y “apocalíptico”, no para complacer “preferencias estéticas” sino para encontrar un motivo más estimulante para producir imágenes que la engañosa y perversa parafernalia de la sociedad consumista.

CARLOS CÁRDENAS





Carlos Cárdenas, ICONO (USURPACION), oleo sobre tela, 141 x 100 cm., 2007




Carlos Cárdenas, DIANA, oleo sobre tela, 100 x 80 cm., 2006



Comentarios acerca de la obra de Carlos Cárdenas





Carlos Cárdenas, ÍCONO l, óleo sobre tela, 90 cm x 60 cm 2006



Carlos Cárdenas, ÍCONO II, óleo sobre tela, 80 cm x 60 cm 2006



Carlos Cárdenas, ÍCONO lII, óleo sobre tela, 80 cm x 60 cm 2006


 


Carlos Cárdenas, EL RIO DEL SATANAS, óleo sobre tela, 200 x 200 cm., 2006



“La pintura de Carlos Cárdenas es una obra visionaria de argumentación metafísica apoyada en tradiciones que escapa de una ubicación concreta de género, haciendo difícil su interpretación.” (Beatriz Maldonado, Durango, México, 2000)

“…La preocupación por parte del autor de crear un ambiente misterioso sin dejar de establecer una comunicación directa con el espectador de su entorno lo ha llevado a recurrir a la Neo­ academia.” (Carlos Blas Galindo. México, D.F., 1996)
“…Todo lo anterior es producto de una cauda ética religiosa en la que se observa al Hiperrealismo en complicidad con un estilo renacentista”. (Alberto Espinoza, Durango, México. 2000)
”…poco a poco Cárdenas su desprende de un apresante vinculo con un simbolismo ideológicamente comprometido para adquirir un “ductus” más libre y sensual que lejanamente recupera la línea serpentineada espiraliforme de miguelangelezca memoria para después inervarla de un estremecimiento vital que se convierte en una forma en tensión.” (Gabriele Simongini, Roma, Italia, 1999)
“…Cárdenas se mueve siempre en una dualidad transfigurativa de la “forma- expresión” donde el mundo conceptual de la geometría sólida, el mundo conceptual de a visión en movimiento y los impulsos internos del alma se fusionan en una obra con una tendencia “antinarrativa- figurativa” convirtiéndose en toda sensación, manteniendo la figura y elaborando el fuerte sentido transfigurativo de la realidad que la América Latina siempre ha tenido.” (Francesco Muscau, Roma, Italia, 1999)





Carlos Cárdenas, EL DIA DE LA MADRE, oleo sobre tela, 141 x 100 cm., 2006




Carlos Cárdenas, EL HEROE, oleo sobre tela, 141 x 100 cm., 2006



PINTURA RENACIENTE por Luciano Spano


Carlos Cárdenas, LAS PLACERES OCULTOS, oleo sobre tela, 141 x 100 cm., 2005


Se ha titulado este texto, dedicado al pintor duranguense Carlos Cárdenas, “Pintura Renaciente” debido a que su obra se denota ese gran interés por la pintura de los grandes maestros del Renacimiento.Vivimos momentos en los cuales se ha pretendido cuestionar la validez de la pintura tradicional y de la pintura PINTURA, y se ha querido dar preponderancia a las nuevas tendencias que se manifiestan en los avances tecnológicos; momentos en que las escuelas abocan su potencial hacia materias teoréticas, y fundamentalmente hacia un trabajo conceptual.Tiempo en el cual se ha dejado a un lado el aprendizaje del dibujo, así como las soluciones y técnicas propias de la actividad pictórica.Momentos en que se da tal importancia al trabajo curatorial que se coloca a veces por encima del propio trabajo del artista, respondiendo con este a una urgencia de carácter meramente comercial, de vanguardia y de giro de galerías.En este tiempo de múltiples manifestaciones y donde bien pueden entrar todas las propuestas, es de gran valía encontrar pintores de la talla de Carlos Cárdenas.Su formación académica se desarrolla en un principio en la Ciudad de México, y posteriormente en las ciudades de Guadalajara y por supuesto Durango. En la Ciudad de Roma, Italia asiste por más de un ano a cursos de pintura en la Academia de Bellas Artes de dicha capital. Su predilección por la pintura italiana lo ha llevado a realizar obras tales como Nuestra Señora de la Nueva Vizcaya que me recuerda algunas pinturas del Correggio; noto también predilección por el Tiziano, estudiado por el en su estancia en Roma, al igual que ciertas referencias a Caravaggio. Su paleta, preponderamente tonal, nos recuerda esta época de la pintura y sin embargo no deja de ser moderna a la vez. La inquietud por los temas de actualidad demuestra aun pintor de hoy que se ocupa de la historia de su tiempo.Hay en Carlos Cárdenas un artista de gran virtuosismo que en el manejo de la figura humana hace despliegue de soltura confianza y sabiduría. De estos pintores no abundan en la historia y muchas de las obras realistas realizadas en la actualidad o bien carecen de estas características o utilizan recursos que saltan a la vista como el uso a veces forzado de la fotografía.Tuve la oportunidad de estar en su estudios y corroborar que desde el comienzo sus obras conllevan una gran carga emotiva, sus trazos desde en carboncillo provienen de mano experta, su técnica, aprendida en parte en la ciudad que lo acogió, nos asegura una obra permanencia y calidad, esto aunado a su temática humanista lo situa en un lugar importante de la pintura mexicana.Carlos Cárdenas a través de su obra no demuestra ser un pintor joven, ya que su trabajo es maduro y consistente. Al poner la técnica tan depurada que posee al servicio de la temática particular que la atañe, produce imágenes tan emotivas como en el San Sebastián, donde la fuerza de la figura se completa con una arquitectura casi fantástica para rendir una piensa majestuosa y expresiva y a la vez contemporánea en su acepción.Piezas como Los Asesinos del Futuro y El Enigma, nos demuestran que Cárdenas es un pintor que mas allá del dominio técnico y del oficio, es un artista que en lo futuro planteara nuevas formas de expresión a través de su obra. Siento que ha de llegar a sorprendernos al lograr conjuntar esa gran escuela suya con los profundos sentimientos del ser humano, por que creo que solo a partir de dicha función se puede lograr una obra de arte.Mi deseo para este gran pintor es el de verlo no cejar en su empecinamiento y que si ha de ser contemporáneo partiendo de la antigüedad busque en su momento los motivos para la obra. Pintura renaciente, porque por hombres como Carlos Cárdenas la pintura a de seguir viviendo y coexistiendo con el ser humano, renaciente en su luz y de profundidad.
Luciano Spano, 9 de Enero de 2002, Ciudad de México




Carlos Cárdenas, VENUS, oleo sobre tela, 141 x 100 cm., 2003




Carlos Cárdenas, ESTUDIO DE DESNUDO FEMENINO, oleo sobre tela, 51 x 41 cm., 2003




Carlos Cárdenas, COMPOSICIÓN, oleo sobre tela, 51 x 41 cm., 2003




Carlos Cárdenas, ESTUDIO DE DESNUDO FEMENINO, oleo sobre tela, 51 x 41 cm., 2003



EXODOS por Mónica Reveles Ramírez


El Farsante

II
Si la genialidad se atara
Con cuerdas de vida eterna,
Para que la piedra filosofal,
O marcas de oro,
Como la filial cárcel del Creador?
Bailamos el cosmos
Del deseo infinitamente caduco,
Entre las brazas de carbón:
Un farsante nos mira
Cuestiona
Con sonido de roca ámate…
Aplaudida voz en el contorno de la fragua.



El Enigma
III
Hacia la luz de una mirada
Se desluce el universo con las cartas del éxtasis:
Augurando los gritos de tierra fértil.
Ángel tras figura, azulado:
Roja la palabra que nos protege…
Deslizo la mano pecadora
Para encontrar la llave del destino.



El Otro Éxtasis
IV
Calma,
La flecha enciende el camino de la herida,
Y avanza tras el gemino estéril del ángel oculto.

La mujer sigue errante…

Que las rosas derramen
Su éxtasis nocturlineo
Y la palabra cante
El desvelo
De la gama sobre el lienzo.

16 de Marzo de 2002, Durango, Dgo., México





Carlos Cárdenas, FAUSTO (TRIPTICO), oleo sobre tela, 120 x 240 cm., 2005


miércoles, 4 de noviembre de 2009

EXODOS por Everardo Ramírez Puente

 Carlos Cárdenas, RECUERDOS ROMANOS, oleo sobre tela, 141 x 100 cm., 2002



Carlos Cárdenas, RECUERDOS ROMANOS, oleo sobre tela, 141 x 100 cm., (detalle) 2002



Carlos Cárdenas, LA BESTIA, oleo sobre tela, 190 x 147 cm., 2002



EXODOS
por Everardo Ramírez Puente

Carlos Cárdenas constituye, por meritos propios, en la generación actual de pintores, un referente para comprender la extensión y la profundidad de la plástica duranguense, cuya identidad no impide abrevar en los caudales trasparentes del Arte Universal. Su pintura forma parte de un noble linaje estético, asentado en el dibujo exacto – que contrariando algunas vanguardias frágiles – aun sigue imponiendo su vigilante rigor que en al caso de Carlos Cárdenas, le permite expresar con eficaz maestría y virtuosismo, los planos laberínticos de sus obsesiones, sueños, deseos e incluso pesadillas que trasladados a la materia plástica, definida por el delirio dionisiaco de sus pinceles, adquiere forma y fondo, idea y materia. La cromática delicada de su obra nos permite vislumbrar los elementos centrales de su poner creativo y su nada secreta condición de mistagogo dispuesto a establecer un dialogo insólito con el sentido trágico del hombre. Su imaginación prodigiosa esta sostenida por un perfecto andamiaje de ejes ordenadores como la tragedia, la mística, la alegoría, la iconografía que no por construir lógica explicativa de su obra, pierden su esencia poderosamente multireferencial. De esta forma los ejes ordenadores de su obra no se consumen con la extraña fatalidad de la mítica anfisbena, que prefigura la inminente corrupción de los Universos herméticamente cerrados, al contrario, inauguran una conversación con el mundo, donde existen mas preguntas que respuestas como en la mayéutica socrática. Este sentido indagatorio de la inextricable subjetividad del hombre es a no dudar en Carlos Cárdenas una alta y encomiable virtud capaz de concitar el más siniestro asombro pero también la mas sublime contemplación. La obra de Carlos Cárdenas no esta destinada a configurar edificantes moralejas del bien y del mal, como un simple muestrario de la racionalidad maniqueísta del mundo, es por ello que antepone su voluntad estética para expresar en una síntesis admirable de ideas y color el drama del hombre. La imposibilidad de ser inmortal, de ser Dios. Para demostrar no la verdad sino la originalidad de su hipótesis, Cárdenas desacraliza sutilmente los mitos fundacionales, no con la actitud herética del insurrecto de la fe, sino con la actitud visionaria y profética de quien no aepta la impenetrabilidad de la narrativa divina. La reflexión metafísica de Carlos Cárdenas conduce a presenciar el éxtasis supremo o el momento martiriológico del hombre en su afán de ser Dios, pareciera que con ello el artista intenta mostrar la grandeza del sacrifico y la belleza del dolor, justamente cuando carne y espíritu entran en una tensión alucinante Muestra de ello son los lienzos que revelan un San Sebastián atravesado por lacerantes flechas paganas, en medio de atmósferas elegiacas y renacentistas, tocadas por la gloria imperial de la arquitectura romana y que invariablemente retraen las palabras de Dante: ”Las piedras de los muros de Roma merecen veneración y el suelo sobre el cual este levantada la ciudad es mas agregio de lo que dicen los hombres”. En Carlos Cárdenas la antigüedad recupera venturosamente su naturaleza contemporánea. La obra pictórica “Éxodos” conformada por veintiún cuadros de gran formato y que estará expuesta en este Museo de Arte Contemporáneo Ángel Zárraga, convoca no solo la contemplación estética sino también plantea serios desafíos al intelecto. Tras el virtuoso manejo de la fina pincelada aparece – como en la esfinge de Tebas – el enigma que es indispensable resolver. Su pintura revela la solidez de un artista arduamente creativo, pero también evidencia la complejidad del pensamiento, de la aguda reflexión ineludible entre arte y conocimiento. No esta por demás afirmar que en los ecos múltiples del arte duranguense, Carlos Cárdenas ha conseguido con delectación amorosa la originalidad de su voz que parece decir como Goethe: “Luz más luz”.
16 de Marzo de 2002, Durango, Dgo., México



Carlos Cárdenas, EL PESO DE LAS COSAS MALAS, oleo y temple sobre tela, 130 x 190 cm., 1997

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