martes, 7 de mayo de 2019

INTERIOR


Carlos Cárdenas, INTERIOR, óleo sobre tela, 70 cm x 103 cm, 2015


domingo, 5 de marzo de 2017

HOME STAR SYSTEM

 
 
 
 
 
Carlos Cárdenas, HOME STAR SYSTEM, óleo sobre tela, 115 cm x 115 cm, 2015

 



sábado, 26 de marzo de 2016

AUTÓMATA



Carlos Cárdenas, AUTÓMATA, óleo sobr tela, 100 cm x 100 cm, 2014



jueves, 14 de enero de 2016

ATRA BILIS



Carlos Cárdenas. ATRA BILIS, óleo sobre tela, 100 cm x 100 cm  2014

martes, 12 de enero de 2016

CLAUSTRO




Carlos Cárdenas. CLAUSTRO, óleo sobre tela, 100 cm x 100 cm  2014

martes, 2 de septiembre de 2014

XVI BIENAL DE PINTURA RUFINO TAMAYO


  Carlos Cárdenas. MELANCOLÍA II, óleo sobre tela, 150 cm x 150 cm  2013






XVI BIENAL DE PINTURA RUFINO TAMAYO

La XVI Bienal de Pintura Rufino Tamayo fue planteada bajo el formato de una muestra representativa y consistente, en el contexto de la diversidad de maneras de afrontar la práctica de la pintura en el escenario contemporáneo en México. La selección de artistas fue determinada –por primera vez en la historia de este certamen– por un Comité Curatorial (o Jurado de selección), integrado por el curador Erik Castillo y por los artistas Patricia Soriano y Luis Hampshire. El proceso de trabajo del comité estuvo guiado, en todo momento, por un criterio abierto, cuya meta fundamental fue articular una muestra estimulante y, al mismo tiempo, sintomática de la situación actual del arte de la pintura nacional. Esta disciplina sigue siendo en México un tipo de producción con mucha distribución y visibilidad en el medio del arte, así como un lugar interesante por la confrontación que manifiesta actitudes conservadoras con perspectivas más abiertas y actuales.
El registro de inscripción quedó cerrado en1022 artistas participantes (cinco de los cuales son nacidos en el extranjero con residencia local, y dos de ellos mexicanos residentes fuera del país), con un total de 2606 obras. Cabe señalar que la revisión, exploración y dictamen del cuerpo de obra contenido en el registro, se complementó con una serie de viajes de profundización analítica –por parte del Coordinador curatorial– a algunas ciudades representativas(y dispuestas a colaborar logísticamente durante ese proceso) en cuanto a la producción de pintura: Durango, Puebla, San Luis Potosí, Aguascalientes, Monterrey, Jalapa y Guadalajara. Se revisaron portafolios y se visitaron algunos estudios y talleres de artistas seleccionados de los que entregaron sus carpetas. En consecuencia, una parte considerable del registro se vio alimentada por material extra relativo a las propuestas de artistas de los diferentes estados, lo cual representa un avance de acuerdo con lo pactado por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) con la comunidad artística: restituir a la bienal un mayor nivel de investigación. La situación del sistema de la pintura contemporánea en México es reveladora y constituye un desafío muy interesante a la hora de subvaloración crítica: coexisten bloques distintos de sensibilidad, discurso y concepción. Y dicha coexistencia se da, afortunada y desafortunadamente, en un ámbito de tensiones. Es evidente –por un lado– que hay comunidades de artistas enfocados a tendencias avanzadas, tanto en la relación de lo local con la propia historia, como respecto al saber pictórico internacional. Y, por otro, es innegable la permanencia de vertientes creativas que siguen sosteniendo un diálogo fuerte con entornos–igualmente locales y foráneos– ya muy legitimados en el pasado mediato o reciente (Escuela Mexicana/Ruptura/Posmodernismo/Formalismo purista/Pop). En paralelo, la producción de pintura es abordada lo mismo en el marco dela afirmación de la disciplina, que en los márgenes pos pictóricos; y si bien se considera que algunos cuestionamientos a propósito de la vigencia del medio ya han sido superados en favor de la relevancia pictórica, numerosos artistas trabajan creando sentido justo a partir de la aceptación de la relativa obsolescencia de este tipo de visualidad. Independientemente de lo anterior, se detectaron propuestas comprometidas y relevantes en las diferentes comunidades ámbitos.
Además de la situación descrita en el párrafo anterior, la perspectiva curatorial derivó su visión de la pintura de la consideración del estatus del dispositivo o artefacto que es su núcleo de producción: el cuadro o entorno pictórico contemporáneo es una superficie o espacio (virtuales y/o concretos) en los que aparecen signos, narrativas, escrituras, mitografías, sagas, ficciones, documentaciones, y fenómenos plásticos de índole y procedencia heteróclitas. Obviamente, esta forma de entender el cuadro y sus derivados pos vanguardistas es un “método de identificación artística”, como llama la teoría crítica de convención internacional a los parámetros de valoración, entre otros posibles para analizar la pintura hoy. El resultado es una exhibición que busca seducir al público en términos de experiencia perceptual, intelectual y cultural, pero que también fue definida para propiciar el debate articulado y los intercambios fundamentados de opinión. Es una exposición armada con piezas realizadas por autores de múltiples orígenes, edades, formaciones, identidades, visibilidades y posturas. De ahí que un primer balance–suscrito por la curaduría– tenga que ver con que a lo largo de la selección se hace evidente algo que podría incomodar a los enfoques exclusivistas de los certámenes como esta bienal: el campo social del arte en México, nada más en el territorio del sistema de la pintura, es una zona diversificada que requiere –para su potenciación cultural, de entrada– dinámicas de mayor pluralidad.

Erik Castillo, Patricia Soriano,
Luis Hampshire
Comité Curatorial



jueves, 24 de julio de 2014

EL MILENIO VISTO POR EL ARTE






 



  Carlos Cárdenas. NIMROD, óleo sobre tela, 190 cm x 274 cm  2013


Seguidores